Pese a un leve repunte en el primer bimestre del año, se encuentra por debajo de cifras registradas durante 2023 y hasta en la pandemia de coronavirus. Además, sigue la crisis de los pequeños productores yerbateros.
Como otros productos de las compras habituales de los argentinos, la yerba mate sintió los efectos del ajuste en 2024. Y pese al leve repunte observado en el primer bimestre de este año, su consumo se mantiene lejos de los niveles más altos. Ese es el escenario en el mercado interno, donde no sólo hay complicaciones económicas para quienes buscan sus paquetes en las góndolas, sino también para los productores del sector.
Un informe privado señaló días atrás que el consumo de yerba mate se desplomó el año pasado 9,3% en comparación con 2023. El registro acumulado (258.813.653 kilogramos) fue el peor desde 2016 y quedó, incluso, muy por debajo de cifras apuntadas durante la pandemia de coronavirus.
«Este derrumbe se explica, sobre todo, por la pérdida de poder adquisitivo en el conjunto de la población argentina. No sólo me refiero a los salarios. Además, hay que tener en cuenta las jubilaciones. Todos los ingresos reales cayeron el año pasado», comentó Guido Bambini, investigador del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y autor del relevamiento, al ser consultado por cronica.com.ar.
Durante enero y febrero de este año se vio un leve repunte en el consumo de este producto, según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). El movimiento de yerba mate a salida de molino totalizó 43.149.049 kilos; un 3,5% más respecto a los 41.688.522 del mismo período de 2024.
Un detalle a tener en cuenta: el movimiento de yerba mate a salida de molino es el indicador más cercano al comportamiento de este producto en la góndola. Se debe a que incluye tanto el volumen que se envía a los centros de distribución de las firmas yerbateras, como las compras efectuadas por los mayoristas, hipermercados y supermercados.
Ahora bien, ¿cómo interpretar las cifras del primer bimestre del año? «Hay que esperar al menos un trimestre para ver si empieza a consolidarse un repunte en el consumo de la yerba mate. Además, los números de enero y febrero están por debajo de los registrados en noviembre de 2023, para compararlos, por ejemplo, con el último mes del gobierno anterior», evaluó Bambini.
En efecto, los 22.038.385 kilos de yerba a salida de molino del primer mes de este año y los 21.110.663 del segundo se encuentran muy por detrás de los 26.065.751 anotados en noviembre de 2023. Al ampliar la perspectiva, también aparecen debajo de los 24.230.480 kg. registrados en junio de 2020 -plena pandemia de coronavirus- y de los 26.319.456 de los de noviembre de 2019.
Mientras el consumo de yerba continúa lejos de sus niveles más altos, alrededor de 13.000 productores del sector llevaron adelante un reclamo en algunos puntos de Misiones. El conflicto tuvo su origen tras la desregulación del sector mediante el DNU 70/2023 dictado por el gobierno de Javier Milei, que dejó sin efecto la facultad del INYM para fijar los precios de referencia de la hoja verde y la yerba canchada.
A pesar de que la Justicia suspendió la aplicación del decreto, el Ejecutivo decidió mantener acéfala la presidencia del instituto, lo que frena la implementación de precios mínimos.
Por la desregulación y la inacción del INYM, el precio de la materia prima alcanzó desde abril pasado un valor de entre $250 y $300, y en el último trimestre de 2024 se redujo a entre $180 y $240. Al analizar la relación entre lo que recibe el productor y el precio de góndola de la yerba, el primero sólo logró captar 13,3% del precio de venta en góndola en febrero 2025; es decir, 11 puntos porcentuales menos que el promedio 2020-2023.