Si hay un plato que grita domingo en familia, es de unos buenos canelones. Bien relleno, con salsa casera y mucho queso, tiene ese poder de unir generaciones alrededor de la mesa. Y cuando son de verdura y ricota, cargan además con la memoria de las abuelas: nutritivos, sabrosos y con ese gustito que sólo da lo hecho en casa.
Aunque parezca que llevan mil pasos, la realidad es que con una buena organización salen sin drama. Acá te contamos cómo hacerlos desde cero —masa incluida— para que queden suaves, bien rellenos y con ese gratinado doradito que genera aplausos apenas los sacás del horno.
Para la masa de panqueques:
2 huevos
1 taza de harina 0000
1 ½ taza de leche
1 pizca de sal
Un chorrito de aceite o manteca derretida
Para el relleno:
1 atado de acelga o espinaca
500 g de ricota fresca
2 cucharadas de queso rallado
1 huevo
Sal, pimienta y nuez moscada a gusto
Para la salsa y el armado:
2 tazas de salsa de tomate casera
Queso rallado para gratinar
Manteca o aceite para la fuente