Las albóndigas son uno de esos clásicos de la cocina que nunca pasan de moda, ya que son rendidoras, económicas y que admiten infinitas variantes. Ya sea para una cena familiar o para llevar al trabajo al día siguiente, las albóndigas caseras siempre resultan una opción práctica y riquísima.
Esta receta tiene todo lo necesario para lograr unas albóndigas tiernas y llenas de sabor, con un secreto que las lleva al siguiente nivel: incorporar un cubito de queso fresco en el centro de cada una. Ese pequeño detalle las vuelve más cremosas y aporta un contraste irresistible con la carne especiada.
Receta para preparar albóndigas de carne caseras
Para preparar unas 15 albóndigas medianas se necesitan:
500 g de carne picada (puede ser vacuna o de pollo)
1 huevo
½ taza de pan rallado
¼ taza de queso rallado
1 diente de ajo picado
2 cucharadas de perejil fresco picado
1 cucharadita de orégano
1 pizca de nuez moscada
Sal y pimienta a gusto
Queso fresco en cubitos (opcional, pero el gran secreto de la receta)
Aceite de oliva para pincelar
Preparación:
- En un bol grande, mezclar la carne con el huevo, el pan rallado, el queso rallado y los condimentos. Amasar hasta obtener una mezcla uniforme.
- Tomar pequeñas porciones, formar las albóndigas y, si se desea, colocar un cubito de queso en el centro antes de cerrarlas bien.
- Acomodarlas en una bandeja ligeramente aceitada y pincelarlas con un poco de aceite de oliva.
- Cocinar al horno medio durante unos 25 a 30 minutos, hasta que estén doradas por fuera y jugosas por dentro.



